El estrés laboral tiene una relación estrecha con la presión que genera una saturación física o mental en un entorno de trabajo. Todos experimentamos estrés en situaciones cotidianas de nuestra vida, como entregar un proyecto en un corto tiempo, asumir nuevas responsabilidades o lidiar con compañeros difíciles de tratar. Son momentos temporales con un principio y un fin que no tienen más importancia. Sin embargo, cuando los problemas se mantienen durante el tiempo, el estrés puede intensificarse y perjudicar al bienestar físico y mental de la persona que lo sufre, incluso pueden acarrea problemas graves de salud mental como trastorno de ansiedad, depresión, ira…

Según una periodista independiente, en el caso de que exista una feminidad tóxica «alienta la aceptación silenciosa de la violencia y la dominación para sobrevivir… “ Esto se produce en mujeres que creen mantener su valor donde el patriarcado o el sistema de creencias les ha condicionado su capacidad de soportar dominaciones violentas. Por otro lado, la masculinidad tóxica también provoca que las mujeres se sientan enclaustradas en un comportamiento de género ausente de impulsos normales.

Casi todas las personas sufren una herida de la infancia de forma inconsciente que puede dirigir nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta. Sentir una herida duele, pero no ser consciente de que existe o intentar tapar esa herida sin sanar es mucho más doloroso.