Cómo afrontar el miedo ha sido y será uno de los retos con los que nos hemos encontrado como especie. Desde que buscábamos cobijo en cuevas refugiándonos de las inclemencias de la naturaleza hasta la actualidad, donde la incertidumbre ante la pandemia puede provocar miedo salir de casa.

En primer lugar hay que defender su función, ya que sin él no estaríamos aquí. Es una emoción básica y necesaria, y pobre de aquella persona que no lo sintiera. Es importante no confundirlo con otras conductas y fenómenos relacionados con la oxcitocina, que como señalan diversos estudios, comparten mecanismos químicos y neuronales con la ansiedad social o las fobias. A la hora de clasificar los miedos, podemos tener en cuenta los siguientes aspectos.

El modelo tradicional que habla sobre la masculinidad y feminidad escarifica las relaciones personales pero también el tipo de relación que tenemos con nosotros mismos. Las nuevas masculinidades buscan alcanzar la igualdad reflexionando sobre cómo la masculinidad tradicional nos ha marcado y qué pasos podemos dar para que la igualdad de género se convierta en una realidad.

Son muchos los espacios que durante los últimos años se están abriendo para dar cabida a ésta aportación contra la violencia de género, desde las luchas feministas hasta las producciones culturales. Sin embargo a día de hoy, es difícil encontrar un centro de psicoterapia con perspectiva de género dirigida a hombres y mujeres.

Si nos preguntamos por qué es importante la gratitud recogida un diario de agradecimiento, conviene recordar las palabras de uno de sus mayores investigadores: «La gratitud es una afirmación de la bondad; afirmamos que hay cosas buenas en el mundo, y que nosotros las recibimos», Robert Emmons.

Cuando analizamos una resonancia magnética funcional, vemos que al sentir gratitud nuestro cerebro activa áreas relacionadas con la recompensa. La gratitud es un mecanismo que premia dar y recibir actitudes relacionadas con la generosidad y la bondad. Nos permite mejorar nuestras relaciones sociales y percepción personal.

Por el contrario, cuando nos rodea el malestar tendemos a activar las redes neuronales de pensamientos negativos. Esto influye en nuestra atención y nuestro estado de ánimo. Para invertir este fenómeno, podemos llevar a cabo un diario de gratitud.