¿Qué es la feminidad tóxica?
Las nuevas masculinidades y la masculinidad tóxica son nuevos conceptos que cobran mucha fuerza y presencia en las redes. Pero, ¿y la feminidad tóxica? ¿Existe? ¿De qué forma se aprecia en la sociedad?
¿Qué es la feminidad tóxica?
Se considera que las mujeres que expresan comportamientos esteoreotípicos como empatía, pasividad, sensualidad, paciencia…son personas que no cuidan ni prestan atención a sus necesidades emocionales, mentales y físicas con el fin de sostener vínculos afectivos. La feminidad tóxica se da cuando una mujer trabaja para beneficiar a los demás sin tener en cuenta sus propios sentimientos o demandas.
Según una periodista independiente, en el caso de que exista una feminidad tóxica «alienta la aceptación silenciosa de la violencia y la dominación para sobrevivir… “ Esto se produce en mujeres que creen mantener su valor donde el patriarcado o el sistema de creencias les ha condicionado su capacidad de soportar dominaciones violentas. Por otro lado, la masculinidad tóxica también provoca que las mujeres se sientan enclaustradas en un comportamiento de género ausente de impulsos normales.
Devon Price, un psicólogo y escritor social menciona el origen de la feminidad tóxica en una relación directa con el concepto binario de género: “centrarse solo en el daño causado por los hombres ignora la naturaleza”. Parece ser que el problema del patriarcado no ha sido únicamente de la masculinidad, eran y son los roles de género para hombres y para mujeres. La feminidad tóxica es igual de peligrosa que la masculinidad tóxica de forma que influye negativamente en las vidas de las personas que lo sufren, independientemente de su género.
Rasgos de feminidad tóxicos
- Una mujer que no se permite comer en una cita nada que no sea una ensalada o verduras.
- Cualquier jersey de una mujer es más fino que el de un hombre
- Cuando un padre insiste en colocar pendientes a su bebe para asegurarse que sea “bonita”
- Una larga rutina de cuidado facial para una mujer es vital
- El regalo para una mujer debe ser dulce y suave.
Las inseguridades se mantienen porque la mujer a menudo se pregunta ¿soy lo suficientemente buena, atractiva y resolutiva? Eso no es solo sexismo, sino feminidad tóxica.
Por un lado, el sexismo indica que una mujer es muy frágil para jugar a un deporte “masculino” o tocar un instrumento “de hombres” como la batería.
La feminidad tóxica afirma “igualmente no querrías jugar al fútbol porque sudarías mucho y mostrarías una apariencia desaliñada”. Mientras que el sexismo “roba” derechos a las mujeres, la feminidad tóxica trata de definir lo que debería ser una mujer. Ambos son compañeros del crimen que conducen a que las mujeres se sientan incómodas y reprimidas.
Educar en feminismo y nuevas masculinidades son muy buenas para los niños y niñas, de forma que puedan encontrar su camino hacia actividades que expresen libremente quiénes son y permitan desarrollar positivamente su identidad sin importar el juicio social sobre lo que es “correcto”. Resulta la única vía para tratar a todas las personas con dignidad, aceptación y oposición hacia todas las formas de violencia según su género o sexualidad.