En los últimos años, existen nuevos términos como “las nuevas masculinidades” que resuenan en los medios de comunicación, en las redes sociales y en los debates con amigos. Otro de ellos es el “patriarcado”, pero ¿sabemos con seguridad que significa?
Sociedad patriarcal: ¿qué es?
El patriarcado es un término social basado en la cultura, costumbres o creencias y utilizado para referirse al hombre como un ser humano superior donde el papel de la mujer queda en un segundo plano. El rol social del hombre es de poder y dominación frente a la sumisión y servicio de la mujer.
Este tipo de sociedad tradicional es discriminatoria, ya que no existe igualdad en la posición de la mujer y el hombre. A pesar de que biológicamente somos diferentes, ambos sexos deberían de contar con los mismos derechos y oportunidades. Si cada género aportara sus cualidades se construiría una sociedad más enriquecedora y diversa.
Con este sistema social perdemos todos: las mujeres porque son subordinaras y relegadas en posiciones poco favorables y los hombres porque pierden libertad, ya que se espera de ellos una serie de condiciones que si no se cumplen les llevan a la frustración
Cómo luchar contra una sociedad patriarcal
El patriarcado en España está tan integrado en la cultura y la sociedad, que muchas personas no son realmente conscientes de que participan en este sistema tradicional.
En primer lugar, para comenzar a luchar contra la sociedad patriarcal se debe de tomar conciencia y se debe de ampliar para que llegue a más personas y se unan a la lucha contra el patriarcado.
Ahora te preguntarás, ¿cómo puedo hacer para evitar prácticas que fomenten una sociedad patriarcal?
- En el ámbito laboral. La desigualdad en el trabajo es muy frecuente, por eso te recomendamos que no seas participe de comportamientos discriminatorios. También puedes promover que las mujeres tengan más voz y participen en sindicatos. Si eres empresario, puedes recompensar el esfuerzo de tus trabajadores ofreciendo los mismos beneficios tanto a hombres como a mujeres. No mantengas un actitud pasiva si aprecias comentarios sexistas o desigualdades, se proactivo y denuncia este tipo de actos.
- En el ámbito familiar. La mujer no debe cargar con todas las tareas del hogar, proponle a tus hijos y marido que participen en las actividades de limpieza. Las tareas deben ser equitativas y repartidas por todos los miembros de la familia, no exclusivamente en la mujer.
- En el ámbito social. Inconscientemente nuestros pensamientos se basan en estereotipos de género. Por ejemplo, cuando presentamos una queja damos por hecho que el gerente será un hombre y otros ejemplos cotidianos que no nos damos cuenta. Empieza a romper estas creencias y conseguirás luchar contra el sistema de patriarcado.
Estos son algunos ejemplos de actitudes y comportamientos que se pueden cambiar en el día a día. Sin embargo, hay muchísimos más que se podrían mencionar, la lista es innumerable. Luchar contra el patriarcado comienza con pequeños actos cotidianos y la implicación de todos y todas. ¿Te unes al cambio?
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Afrontar el miedo
En primer lugar hay que defender su función, ya que sin él no estaríamos aquí. Es una emoción básica y necesaria, y pobre de aquella persona que no lo sintiera. Es importante no confundirlo con otras conductas y fenómenos relacionados con la oxcitocina, que como señalan diversos estudios, comparten mecanismos químicos y neuronales con la ansiedad social o las fobias. A la hora de clasificar los miedos, podemos tener en cuenta los siguientes aspectos.
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Trastornos del sueño tipos y tratamiento
Los trastornos del suelo son alteraciones relacionadas con los patrones del sueño. Este tipo de alteraciones repercute en el día a día de las personas que sufren ya que no descansan bien como: bajo rendimiento, agotamiento físico y psicológico o problemas en las relaciones sociales.
Aquí entra en juega la calidad y cantidad de sueño, la incapacidad para permanecer despierto y activo y otras experiencias durante el sueño.
Estos trastornos son multifactoriales, se producen por multitud de causas como factores psicológicos (estrés, ansiedad, depresión…), la edad (las personas mayores suelen tener más problemas para conciliar el sueño), biológicas (algunas enfermedades pueden causar alteraciones en el patrón de sueño), malos hábitos, consumo de tóxicos o estimulantes.