Autoestima: 10 claves para mejorar tu confianza
En Dyadis Psicología con frecuencia utilizamos un viaje en coche como símil para expresar diferentes fenómenos psicológicos, emociones, pensamientos, etc. Así como el miedo puede ser el pedal del freno, la baja autoestima podría ser como tratar de conducir con el freno de mano echado. Como consulta de psicología atocha abordamos de una manera integral el tratamiento de la autoestima, y en el artículo de hoy queremos compartir 10 cosas que puedes hacer para mejorar tu confianza.
Podemos resumirla en la confianza que tenemos en nosotros mismos, aunque de cara al tratamiento de la autoestima es importante no perder de vista otros aspectos nucleares: nuestras expectativas, la imagen propia que tenemos y la severidad de nuestra crítica. Aunque nadie nace con el depósito de autoestima lleno y su capacidad ilimitada, necesitamos de ella para mantenernos motivados y orientados a conseguir las metas que nos proponemos.
1.Las apariencias engañan influyen.
No es el punto más importante, pero nos influye. Cómo nos veamos por fuera orienta cómo nos sentimos por dentro. (Y si no, la próxima vez que llamen al timbre abre al repartidor con ese chándal manchado y roído). Cuando te acercas a la imagen que te gusta, automáticamente te sientes más seguro, lo que se reflejará en tu estado de ánimo y pensamientos.
2. Cuestiona a tu crítico interior.
Puede que con los demás tiendas a ser comprensivo y amable. Sin embargo lo más probable es que esa misma mirada no la tengas cuando la diriges hacia ti. ¿Son tan acertadas las dudas y tus inseguridades? ¿Es necesario que la crítica sea así de firme? ¿Te has parado a pensar por qué te ocurre? Da un primer paso e intenta ser amable contigo mismo. Si la reflexión no termina de generar cambios, siempre puedes consultar aquí con un psicólogo online para potenciar este trabajo.
3. No te hagas trampas, evita las comparaciones.
En ocasiones nos ocurre que estamos en armonía y satisfechos con nuestras vidas hasta que sin querer nos comparamos con alguien que parece estar en una situación mejor. Hacer esto la mayor parte de las veces provoca malestar además de conclusiones injustas y poco constructivas. El diálogo interno que establecemos no nos lleva más que al reproche.
Trata de evitar este tipo de mensajes ya que la vida de cada uno es diferente. Además, la evaluación que hacemos al comparar parte de una visión muy parcial: a veces los demás no son tan felices como parecen.
4. Enumera tus logros.
La atención es un proceso psicológico básico con una importante función en la regulación emocional y la forma de percibir nuestro entorno. Tiene la característica de ser consonante con nuestro estado anímico, por lo que cuando estamos tristes o deprimidos tendemos a centrarnos en este tipo de sentimientos.
En momentos así, trata de recordar aquellos éxitos y logros que has alcanzado y a lo mejor no estás valorando lo suficiente. Puedes incluso hacer una lista y conservarla a mano para futuras ocasiones.
5. La perfección no existe, por suerte.
Resulta algo evidente, pero nuestra imaginación y los atajos que toma a veces nos hace olivarnos. Todos cometemos errores, fracasamos y hasta nos cuesta levantarnos. Sin embargo lo importante no si erramos o no, sino qué aprendemos y en qué lo queremos convertir.
Si tienes tendencia a la perfección ten en cuenta que te estás marcando un objetivo poco realista que te va a conducir a una vida llena de estrés y decepción. Esfuérzate por lo que consideres que es mejor, pero admite que tendrá defectos.
6. No te olvides del deporte.
Resulta imposible separar la mente del cuerpo, y del bienestar en un área dependerá la otra. Está demostrado que los largos períodos de inactividad afectan gravemente no solo a nuestra salud física sino a la mental.
El ejercicio físico no solo nos ayuda a encontrarnos más satisfechos con nuestra imagen, sino que además nos otorga la experiencia de cumplir metas y propósitos que nos marcamos. Además supone una descarga de endorfinas de la que nuestro cerebro nunca se cansa.
7. Lánzate a por tu pasión.
Como presentábamos antes, una parte de la autoestima está relacionada con las expectativas y lo imaginado. Con frecuencia nos descubrimos pensando en cómo será nuestro futuro, dónde estaremos, qué haremos… A veces el no poder satisfacer en parte estas expectativas nos hace tambalearnos. Vivir una vida que no nos interesa, donde no podemos desarrollar nuestros intereses es importante para que nuestra autoestima crezca fuerte.
Si te ves reflejado aquí ponte manos a la obra hasta donde la realidad te permita. Piensa que los cambios pueden ser muchos y muy distintos. Centrarte en las cosas que te apasionan pueden ser algo que conviertes en tu trabajo o bien algo que haces en tu tiempo libre. Puede ser un cambio de carrera profesional o apuntarte a clases de aquello que siempre quisiste.
8. Aléjate de las personas negativas.
Ten en cuenta que vivimos en constante relación, con los demás y con nosotros mismos. Cuando a nuestro alrededor las personas desprenden malestar, juicio, enfado y resignación, parte de ello se queda. Si no puedes alejarte físicamente, trata al menos de ser consciente de que no suponen un espejo fiable en el que mirarse.
9. Busca la amabilidad y el agradecimiento.
Más allá de ideas relacionadas con la justicia inmanente o el karma hay una realidad que justifica esta postura. Ser amable y solidario genera interacciones con los demás orientadas en torno a este eje y genera reciprocidad. Además, cuando ponemos de nuestra parte y servimos a un bien mayor fortalecemos nuestro bienestar: mejoramos nuestra imagen, disminuimos la crítica y nos acercamos a los ideales.
10. Deja a los demás con sus pensamientos.
Quizás sea el momento para que frenes esta huida hacia delante en la que vivimos con frecuencia. Piensa en ti y en aquellas relaciones, actividades y cosas que te hacen realmente feliz.
Intentar complacer a todos es el primer paso para terminar dejando a un lado lo que te complace a ti.
La autoestima es algo que engloba y acompaña muchos procesos psicológicos y que supone un factor de protección ante enfermedades y formas de sufrimiento de tipo psicológico. No es de extrañar que detrás de un alto porcentaje de las búsquedas en internet como psicólogo atocha se encuentren consultas relacionadas con la autoestima y el desarrollo personal.
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Afrontar el miedo
En primer lugar hay que defender su función, ya que sin él no estaríamos aquí. Es una emoción básica y necesaria, y pobre de aquella persona que no lo sintiera. Es importante no confundirlo con otras conductas y fenómenos relacionados con la oxcitocina, que como señalan diversos estudios, comparten mecanismos químicos y neuronales con la ansiedad social o las fobias. A la hora de clasificar los miedos, podemos tener en cuenta los siguientes aspectos.
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La desigualdad de género supone un gran impedimento para alcanzar el bienestar de la sociedad ya muchas personas han sufrido consecuencias psicológicas que han mermado sus vidas. Promover la igualdad de género ayudará a progresar en todos los ámbitos. En definitiva, conseguir una sociedad más libre y más sana.
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Uno de los mitos más populares de nuestra sociedad y una de las frases más utilizadas por ambos sexos es que “los hombres no lloran”. ¿De dónde viene este pensamiento? ¿Qué base o sustento tiene esta creencia? Numerosas investigaciones científicas han demostrado que los hombres suelen tener muchas más dificultades para expresar sus emociones a los demás. Y es que el género es una construcción social basada en una educación de masculinidad tóxica, en la que los hombres sienten una gran presión por “ser fuertes” o no mostrar sentimientos porque se asocian a la fragilidad. Desde pequeños, los hombres han sido educados desde la creencia errónea de que tienen que ser competitivos o dominantes en los que el control y el poder ejercen un peso importante.
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