Distimia: qué es y tratamiento
Como profesional psicólogo en Delicias ayudo a pacientes que presentan distimia o depresión, un trastorno de salud mental producido cuando las emociones afectan durante mucho tiempo.
¿Qué es la distimia?
La distimia forma parte de los trastornos del estado de ánimo y es aunque es similar a la depresión, esta condición es más leve. Sin embargo, también existen distimias graves. A continuación se muestran los síntomas para aclarar diferencias entre la depresión y la distimia
Síntomas de la distimia
El síntoma principal de la distimia es un estado de ánimo bajo durante, mínimo, dos años y según el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales se deben cumplir al menos dos de los siguientes síntomas:
- Poco apetito o excesiva alimentación
- Falta de sueño o somnolencia extrema.
- Poca energía o sensación de fatiga.
- Bajo amor propio
- Escasa concentración o dificultad para decidir
- Desesperanza y desolación
Estos síntomas perjudican y deterioran muchos ámbitos del desarrollo personal como las relaciones sociales, la familia o el trabajo.
Terapia de la distimia
Uno de los tratamientos de psicología más eficaces para la distimia es la terapia cognitivo conductual y en casos más graves, junto a la combinación de fármacos. Además, practicar ejercicio físico regularmente también ha demostrado obtener grandes ventajas (andar, bailar, correr, nadar…)
Cómo salir de la distimia
Es obvio pensar que no se quiere diagnosticar a nadie de distimia, puesto que cada diagnóstico que se hace significa que la persona ha estado con síntomas depresivos durante al menos dos años (los criterios diagnósticos así lo estipulan). Por eso es tan importante crear políticas de prevención para que las personas puedan identificar de una forma más clara cuándo pedir ayuda a un profesional de la salud mental.
Como hemos mencionado anteriormente, para llegar a la distimia, la persona tiene que presentar sintomatología al menos dos años. Sin embargo, no hace falta llegar a ese tiempo para solicitar ayuda. De hecho, es muy útil acudir a un psicólogo para prevenir trastornos mentales.
Si no estás en un buen momento de tu vida y te sientes más apático o depresiva de lo normal, aquí te dejo algunas pautas:
1. Mantén un estilo de vida saludable
Puedes empezar a cambiar algún aspecto de tu modo de vida que te gustaría mejorar, por ejemplo incrementar más verduras a tu dieta o caminar cada día 30 minutos. No pasa nada si un día no te apetece o no te sientes con ganas, no se trata de autoexigirse, hay que ir con calma y mimarse mucho. Lo mejor es fijar objetivos alcanzables a corto plazo.
2. Comparte tiempo con tus seres queridos
Somos seres sociales y como tal tenemos necesidades básicas humanas de sociabilizar con los demás, lo que incrementa nuestro bienestar. Compartiendo pequeños momentos en familia o llamar a un amigo para expresar tu malestar hará que te sientas mejor.
3. Realiza actividades satisfactorias
Es normal perder el interés en realizar actividades, pero recordar cuáles son tus pasiones y empezar a realizar alguna de ellas volverá a despertar en ti las emociones positivas que te producían.
4. Practica mindfulness y el agradecimiento
Ser más consciente del momento presente, dejando a un lado la tristeza del pasado y la incertidumbre del futuro, te ayudará a disminuir tus pensamientos negativos. Otra estrategia eficaz es agradecer lo bueno que te ocurre durante el día y apuntarlo en una libreta, un ejercicio que te ayudará a aumentar tu autoestima.
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Muchas veces priorizamos cosas cuando nos olvidamos de lo más importante, nuestra salud mental. La salud mental tiene una relación directa en todas las esferas de nuestra vida, sino le prestamos atención, acabaremos por sufrir y descuidar nuestro equilibrio mental.
Afrontar el miedo
En primer lugar hay que defender su función, ya que sin él no estaríamos aquí. Es una emoción básica y necesaria, y pobre de aquella persona que no lo sintiera. Es importante no confundirlo con otras conductas y fenómenos relacionados con la oxcitocina, que como señalan diversos estudios, comparten mecanismos químicos y neuronales con la ansiedad social o las fobias. A la hora de clasificar los miedos, podemos tener en cuenta los siguientes aspectos.
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Aquí entra en juega la calidad y cantidad de sueño, la incapacidad para permanecer despierto y activo y otras experiencias durante el sueño.
Estos trastornos son multifactoriales, se producen por multitud de causas como factores psicológicos (estrés, ansiedad, depresión…), la edad (las personas mayores suelen tener más problemas para conciliar el sueño), biológicas (algunas enfermedades pueden causar alteraciones en el patrón de sueño), malos hábitos, consumo de tóxicos o estimulantes.