Pensamientos rumiativos y cómo gestionarlos frente al malestar
Como psicólogo en Delicias, hoy quiero hablarte acerca de los pensamientos rumiativos y cómo gestionar este tipo de obsesiones mentales para mejorar tu malestar. ¿Cuántas veces te has encontrado en una situación de malestar que lejos de la calma y aproximarte a una solución te ves atrapado en un bucle de pensamientos que solo consiguen aumentar tu sensación desagradable? Cuando reflexionamos acerca de alguna situación que sin encontrar la salida, nos conduce a un laberinto, ese pensamiento se transforma en rumiación o pensamiento obsesivo. Son pensamientos que se repiten una y otra vez y parecen tomar el control de nuestra mente contribuyendo al agotamiento emocional y físico. Y ahora te preguntarás:
¿No es el pensamiento reflexivo una de las claves para solucionar efectivamente los problemas y cambiar nuestras emociones?
Todas las emociones forman parte de nuestra supervivencia, sobre todo las displacenteras. Sin embargo, tendemos a tomar los pensamientos como realidad y es ahí donde hay que reflexionar acerca de cómo estamos pensando. En situaciones ambiguas, inciertas o que desafían nuestra capacidad de control, se activan formas poco eficaces para hacer frente al malestar. No se trata de eliminar la parte racional sobre nuestras emociones ni dejar de expresar lo que sentimos, la cuestión es el modo en el que pensamos y debemos preguntarnos por qué, para qué y qué esperamos obtener. Esto ayudará a poner en marcha opciones más adaptativas y beneficiosas para tu salud mental.
¿Cómo distinguir entre los pensamientos productivos y el pensamiento obsesivo?
La rumiación es un proceso cognitivo e implicado en la regulación de emociones displacenteras. Es una respuesta ante el malestar por periodos largos de pensamientos cíclicos y focalizados que aumentan el malestar y bloquea la solución eficaz de problemas. La rumiación y la preocupación se distinguen por su orden temporal. La rumiación se centra en situaciones actuales o del pasado y la preocupación se orienta hacia amenazas futuras. Diferenciarlas es fundamental porque nos ayudará a escoger la mejor estrategia frente a cualquier situación:
4 Consejos para gestionar el pensamiento obsesivo
- Sal de pensamiento obsesivo y recupera la claridad mental hacia otras perspectivas más reales. Una técnica eficaz es la meditación, puedes entrenarla cada día durante 10 minutos.
- Identifica cuál es la fuente del malestar que activa tus pensamientos rumiativos y orienta tu mente hacia posibles sociales de aprendizaje y desarrollo personal. Deja ir lo que no depende de ti y céntrate en cómo puedes llevarlo mejor. Distraerte y realizar actividades creativas pueden ser de gran de ayuda, ya que aumentarán tu sensación de control y focalizarás la atención en otra cosa
- Haz ejercicio físico o sal a dar un paseo para enfocar nuevamente la situación
- Expresar tus pensamientos a través de una conversación con una amiga o familiar te permitirá organizar tus ideas y valorar una percepción más real.
- Escribir en un bloc de notas, diario o agenda tus pensamientos para clarificar tus ideas y ayudarle a estructurarlas mejor.
Prueba a aplicar estos consejos en tu día a día y comprueba cómo mejora tu calidad de pensamientos y de vida. Si aun implementándolos, sientes que la rumiación sigue presente, lo mejor es que cuentes con nuestra ayuda psicológica para ofrecerte técnicas personalizadas y una alternativa más eficaz y adaptada a tu caso.