Cómo descubrir a los manipuladores (y qué hacer después).
Es posible que en alguna ocasión hayas notado que algo va mal, tanto en una relación cercana como en encuentros espontáneos. Sensaciones de estar bajo control, presión o cuestionamiento son indicadores de manipulación. En Dyadis Psicologia entendemos la manipulación como una estrategia psicológica a la que recurren personas que son incapaces de pedir lo que necesitan de un modo directo, recurriendo a subterfugios que dañan a las personas a su alrededor. Te recordamos además que a través de nuestra consulta de psicólogo online podemos orientarte sobre cómo descubrir a los manipuladores con mayor rapidez.
En nuestro día a día podemos ver diferentes tipos de manipuladores, como aquel vendedor insistente con la última promoción o una pareja emocionalmente abusiva. Como imaginarás, algunos comportamientos son más difíciles de detectar. Para poder identificarlos, te proponemos estas señales que indican que te podrían estar manipulando:
¿Qué emociones nos genera?
Cuando nos manipulan, estamos reaccionando de una manera ajena a cómo lo haríamos en libertad. Nuestra cabeza nos manda señales de que algo está pasando y tenemos que aprender a interpretarlas.
- Tienes miedo si haces o dejas de hacer algo.
- Sientes que estás en la obligación de hacer algo y no tienes alternativa.
- Anticipas que te sentirás culpable si no cumples con lo que espera de ti.
Tipos de manipuladores:
La manipulación a veces es difícil de detectar. Puede provocar diferentes sensaciones, pero también puede venir de diferentes formas. Podemos dividirlas en dos arquetipos: el matón y la víctima.
El matón: Un acosador puede usar intimidación y amenazas para hacerte sentir miedo y controlarte. Es la forma más explícita de manipulación y podemos detectarla con facilidad.
La víctima: El acosador actúa como si lo hubieras herido para generar un sentimiento de culpa en ti. Aunque sea él mismo el que ha causado el problema. Esta forma es más sutil y difícil de identificar, principalmente porque tratamos de ayudar a la persona manipuladora movidos por la necesidad de reparar el supuesto daño que le hemos causado. En el fondo queremos deshacernos de una culpa que en realidad no es nuestra.
¿Te cuestionas constantemente? Cuidado con el gaslighting
El término inglés «gaslighting» lo traducimos al castellano como “hacer luz de gas”. Viene de la obra de teatro británica y popularizada por Ingrid Bergman en su película Gaslight. Se utiliza para identificar un tipo de manipulación centrada en hacerte creer que tu realidad, tus pensamientos y tus recuerdos no son reales ni válidos. La persona manipuladora que te hace luz de gas puede conseguir que sientas una falsa sensación de culpa o que te veas forzado a mantener una actitud defensiva por errores que no estás seguro de haber cometido. Recuerda que los manipuladores no se hacen responsables.
Obligación disfrazada de reciprocidad
Un favor es algo que se hace porque si, sin esperar nada a cambio. Si notas que hay ataduras es posible que detrás haya manipulación.
El manipulador más difícil de detectar es ese “chico bueno” que se presenta como alguien siempre dispuesto a ayudar… a cambio de un precio. Resulta muy confuso interactuar con estas personas porque no te das cuenta de que sucede algo malo. Sin embargo cada buena acción que recibes viene acompañada de una deuda, una expectativa de devolución con intereses que si no pagas te hará sentir como si fueras una persona ingrata.
El ejemplo más claro es ese vendedor que te hace sentirte en la obligación de comprar su producto porque te hizo una buena oferta. Algo más habitual pero a la vez más difícil de detectar puede ocurrir en una relación donde tu pareja te regala algo para luego pedirte otra cosa. El regalo no tiene por qué ser material, pueden ser flores, sexo o tan solo pasar un buen rato.
Es normal, sano y muy recomendable corresponder a los favores, especialmente si se trata de personas cercanas. Sin embargo, las personas manipuladoras explotan esta norma social de manera sistemática y con un fin que no es el gesto en sí ni el bienestar que genera, si no lo que recibe a cambio. Si detectamos un patrón en este sentido, tenemos que ser cautos a la hora de obedecer nuestra necesidad de devolver esa reciprocidad.
Aprende a identificar las técnicas básicas persuasión:
Ya sea porque lo han estudiado o de manera más o menos espontánea, la manipulación suele comenzar con dos estrategias opuestas pero igualmente efectivas.
La primera se conoce como el “pie en la puerta” y consiste en pedir algo de poca importancia, sencillo y a lo que resulta difícil negarse. Una vez se obtiene la respuesta afirmativa es como si se colocara el pie en una puerta que impidiese cerrarla. Después viene otra petición más grande, pero como ya hemos dicho que si antes, es más probable continuar con la misma respuesta. Esta técnica suele utilizarse en relaciones donde no hay cercanía, como en entornos comerciales.
La segunda táctica se llama “puerta en la cara”: Consiste en hacer una petición exageradamente grande que al ser rechazada haga que la siguiente parezca más pequeña y razonable. Para poder utilizar esta técnica, hace falta que exista un mínimo de relación entre las dos personas que sostenga el descaro de la primera proposición.
Cómo reaccionar si descubres que alguien te está manipulando
La manipulación es una dinámica que está englobada dentro de las relaciones de violencia. Aunque no sea una agresión física, en última instancia supone una limitación de la libertad individual y la dignidad de las personas. Como ocurre en otros casos, encontramos que una persona que es manipulada generalmente desarrolla también relaciones de dependencia y vive en un círculo vicioso que incluso puede pasar desapercibido. Si tu caso es así, o conoces a alguien que esté viviendo una situación similar es urgente tomar medidas que permitan romper la espiral de miedo, culpa y obligación que genera. Cuando el desplazamiento supone un problema, la terapia online es una solución eficaz que facilita dar los primeros pasos.
Si la situación puede gestionarse sin intervención profesional, recuerda las siguientes claves:
- En estos casos, no somos responsables de los sentimientos del manipulador.
- Es vital marcar límites claros basados en el autocuidado, más aún cuando la otra persona no tiene límites.
- No es necesario responder a todo inmediatamente. A veces consultar con la almohada puede darte una perspectiva distinta ante decisiones importantes.
- No hace falta elaborar excusas. “No me apetece” es un motivo más que suficiente.